24 de noviembre de 2011

Pequeñas porciones

Una manera sencilla de combatir el aburrimiento y de estimular el instinto cazador de nuestros pequeños felinos domésticos consiste en dividir de vez en cuando una ración de su comida favorita en pequeñas porciones que esconderemos en distintos lugares de la casa, logrando de esta manera con un único gesto cubrir dos necesidades básicas: evidentemente, la alimentación y, de paso, el juego. Como veis, se trata de una combinación perfecta que pone a prueba los refinados sentidos de cualquier gato y, en la mayoría de los casos, el entretenimiento estará asegurado durante más o menos tiempo dependiendo de los escondites elegidos y del interés y la habilidad de cada felino, constituyendo esta búsqueda una actividad especialmente indicada para gatos muy activos y para aquellos otros que tienen tendencia al sobrepeso.

Os recomendamos que si os decidís a poner esta especie de yincana gatuna en práctica  no utilicéis el pienso habitual como cebo sino algo que vuestros gatos no coman habitualmente y que realmente les encante, por ejemplo, alguna lata de alimento húmedo o unas cuantas chucherías felinas. Y un consejo fundamental: alternad los escondites en los que ocultéis las porciones puesto que si se acostumbran a encontrar la comida siempre en el mismo lugar la caza pierde su gracia.

10 de noviembre de 2011

Un mercado en auge

En los últimos años, los propietarios de mascotas hemos asistido, quizá sin darnos demasiada cuenta, a un verdadero boom en la oferta de productos para animales. Esto ha sido especialmente evidente para los dueños de gatos, constituyendo la sección felina en el mercado de productos para animales un filón al que todavía le queda mucho por explotar. Hemos de tener en cuenta que en la actualidad existe una marcada tendencia al aumento del número de gatos domésticos en los hogares europeos en general y españoles en concreto en detrimento del perro y de otras especies y que este hecho ha influido decisivamente en el rumbo adoptado por las empresas del sector de las mascotas a la hora de apoyar la diversificación de su oferta.

Si hace un decenio el ajuar básico de un felino se componía a lo sumo de 10 ó 12 piezas (un comedero, un bebedero, un arenero, un cepillo para el pelo, una cuna y/o manta, algunos juguetes y un rascador), en la actualidad la cifra de utensilios para felinos que pueblan los hogares con gato se ha disparado. ¿El motivo? Los propietarios, en nuestro afán por reverenciar a nuestro pequeño cazador, somos presa de una oferta cada vez más rica que nos incita a adquirir productos que en la mayoría de las ocasiones no son ni necesarios ni tan siquiera atractivos para nuestros gatos. La misma historia se repite si hablamos de alimentación, siendo las marcas, las variedades y los sabores de pienso, de comida húmeda y de snacks cada vez más numerosas.

Cierto es que nuevos tiempos crean nuevas necesidades, no teniendo nada que ver el gato de pueblo de mitad del siglo XX con el minino urbanita y mimado de la actualidad y que, para dar respuesta a nuevas situaciones se han creado, diseñado y fabricado muchos nuevos y buenos productos que facilitan, acomodan y mejoran nuestras vidas y las de nuestros felinos. Pero el caso es que muchas veces el propietario de gato, verdadero objetivo de las compañías, se encuentra sumido en un maremágnum tan variado que inevitablemente comete errores.

Siguiendo esta línea, no creemos que nosotros seamos los únicos que hemos adquirido algún que otro producto para gatos al que consideramos, por un motivo u otro, un fracaso total a pesar de estar avalado por expertos que certifican su idoneidad y atractivo para los felinos. Nos ha pasado con comida, con juguetes, con camitas, con comederos... Unas veces, por tratarse de objetos de mala calidad que han durado más bien poco, llegando a resultar incluso peligrosos. Otras, por la falta de interés expresada de forma clara y rotunda por nuestros gatos. Y por eso precisamente hemos creado Crash Test Cats, desde donde pretendemos hablaros de nuestras experiencias como ususarios con un sinfín de productos para felinos y donde esperamos que vosotros compartáis las vuestras, esperando que todas las opiniones recogidas sirvan a otros a modo de guía a lo largo y ancho de este cada vez más vasto mercado de productos para felinos.  

3 de noviembre de 2011

Kong Kickeroo

Descrito por sus propios fabricantes como un juguete de combate para gatos, hoy queremos hablaros del Kickeroo de la casa Kong. Su diseño, como podéis comprobar, es de lo más sencillo: se trata de una almohadilla alargada y blandita rematada por una cola de peluche e impregnada de catnip y no sabemos si se debe a la forma o a la esencia pero lo cierto es que este sencillo juguete de aproximadamente 40 centímetros suele convertirse en una opción de lo más atractiva hasta para los gatos más alocados.

Nuestra experiencia: A nuestros gatos les gusta bastante batallar con el Kong Kickeroo, convirtiéndose en una perfecta almohada en la que apoyar la cabeza una vez que el juego toca a su fin. Eso sí, como en todo, a algunos hay que incitarles bastante a jugar mientras que a otros basta con mostrárselo para que empiece la fiesta.

Ventajas: Se trata de un juguete resistente y suave a la vez, que puede ser transportado por el gato con facilidad. Otro detalle importante es que no hace ruido, condición fundamental en caso de juegos nocturnos. Y debemos destacar que el Kickeroo pertenece a ese tipo de juguetes ideales a la hora de redirigir los ataques del gato o gatito para evitar los molestos arañazos y mordiscos en manos y brazos.

Inconvenientes: Los gatos pierden parte del interés inicial en cuanto el aroma a catnip se mitiga. Como todos los juguetes, hay que revisarlo periódicamente, retirándolo del alcance del gato en el caso de que esté roto o rasgado.

Precio: Entre 4 y 8 euros, según el modelo y la tienda.

Un consejo: El original es el Kickeroo a secas, con sus diseños animales (estampado de jirafa, de tigre...), pero existen en el mercado otras variedades como el Kickeroo Kitten (para los más peques), el Kickeroo Moppy (con sonido) o el Kickeroo Mouse (con forma de ratón)

27 de octubre de 2011

Comederos anti-voracidad

Muchos gatos son demasiado ansiosos a la hora de comer y devoran su pienso en un visto y no visto sin tan siquiera masticarlo. Esta velocidad a la hora de ingerir su ración puede hacer que no les siente demasiado bien, siendo muchos los felinos que regurgitan su comida prácticamente intacta a los pocos minutos de haberla terminado o que incluso la vomitan horas después. Si esta mala costumbre se prolonga en el tiempo puede traducirse en problemas nutricionales y digestivos serios pero, por desgracia, es difícil que nuestro gato entienda los beneficios derivados de comer despacio y de masticar bien cada croqueta. En ayuda de los propietarios preocupados por este problema ha llegado al mundo felino desde el mercado de productos para perro una herramienta que puede ayudarnos a conseguir que nuestro gato ingiera su alimento despacito y croqueta a croqueta: se trata de los conocidos como comederos antivoracidad o antiansiedad, unos cuencos especiales diseñados para impedir que el comilón de turno pueda engullir su pienso en menos de 10 segundos.

Nuestra experiencia: A pesar de que en principio puede parecer una especie de castigo obligar a nuestro gato a comer en este tipo de cuenco con obstáculos, los nuestros se acostumbraron rápidamente y los recurrentes vómitos de uno de ellos se han reducido de forma considerable. De todas formas, cada felino es un mundo y será el propietario el que deba valorar el nivel de aceptación que tienen estos comederos en cada caso.

Ventajas: Evidentemente, la principal ventaja radica en que gracias a su diseño se minimizan los problemas derivados de la ingesta ansiosa, suponiendo esto una mejora en la salud y en la calidad de vida del gato. Si nos referimos a los cuencos como tales, os dieremos que están fabricados con melamina, resultando un producto resistente, colorido y fácilmente lavable (puede usarse el lavavajillas) y que suelen llevar goma antideslizante para mayor comodidad a la hora de su uso.

Inconvenientes: Quizá el principal problema que pueda darse radica precisamente en que están hechos de melamina, pudiendo ser los plásticos y las resinas a veces causantes de alergias en nuestros gatos.

Precio: Los cuencos antiansiedad para gatos tienen un precio entre los 7 y los 10 euros, nada caro si consideramos las ventajas digestivas asociadas a su diseño.

Un consejo: Al ser un producto pensado en principio para perro, existen en el mercado variedad de tamaños pero tened en cuenta que los pequeños o talla XS suelen ser los más apropiados para un felino de talla normal.

Marcas que lo comercializan: Entre otras, Arppe y Dog It.

20 de octubre de 2011

Arena vegetal Cat's Best de Öko Plus

Todo aquel que convive con un gato ha tenido que enfrentarse en alguna ocasión a las molestias derivadas del cajón de arena. En este sentido, las arenas aglomerantes de origen vegetal suponen un adelanto y una mejora cualitativa importante, existiendo ya varias marcas en el mercado cuya relación calidad-precio es de lo más aceptable. Una de estas marcas es la Cat's Best de Öko Plus. Se trata de una arena vegetal, ecológica y 100% biodegradable fabricada a base de fibras de abeto que rinde más y mantiene a raya mejor los malos olores comparada con las típicas arenas absorventes minerales. Su poder aglomerante permite mantener limpia con facilidad la bandeja, pudiendo desecharse los residuos por el water.  Con un mínimo mantenimiento, el arenero permanecerá siempre listo hasta para el gato más exigente, pudiendo retrasarse el cambio total del sustrato incluso durante varias semanas.

Nuestra experiencia: No hemos tenido problema al usar esta arena con nuestros gatos porque tanto su tacto, como su aroma y tamaño resultan bastante agradables aunque, eso sí, recomendamos una transición progresiva si es la primera vez que vuestros gatos van a utilizar esta o cualquier otra marca nueva de sustrato.

Ventajas: Muchas, entre las que destacan la facilidad de limpieza, el control del olor y la comodidad de transporte.

Inconvenientes: Al ser más ligero que los sustratos minerales tradicionales, los gatos suelen arrastrar partículas con sus patas al salir de la bandeja (aunque en nuestra opinión, su control del olor y la comodidad en el mantenimiento compensan con creces el hecho de tener que barrer estos restos)

Precio: Aunque en principio puede resultar cara (entre 9 y 15 euros el paquete de 10 litros), sus características hacen que rinda mucho más que otras, resultando a la larga bastante económica.

Un consejo: Hay variedad de formatos (5, 10, 20 y 40 litros), resultando más económico el litro cuanto mayor es el formato elegido. Y os recomendamos además comparar precios entre tiendas, ya que pueden existir diferencias importantes dependiendo del comercio en el que decidamos adquirirla.