
No es algo excepcional que las grandes compañías de productos para mascotas, incapaces de mantenerse ajenas e impertérritas ante la cruda realidad, organicen en ocasiones campañas para colaborar con asociaciones y protectoras dedicadas a la defensa animal. Más allá de la pura estrategia y del mero marketing que podría adivinarse tras este tipo de iniciativas, lo cierto es que son muchos los animales que se benefician de las mismas, dándose difusión por este medio a casos y situaciones de maltrato y/o abandono que de otra forma permanecerían en la sombra. Se brinda así de la mano de la labor social asociada a una imagen corporativa un rayito de esperanza para algunos de los muchísimos animales que esperan en algún refugio una segunda oportunidad. Y estaréis con nosotros cuando os decimos que esto, aún siendo menos de lo que se necesitaría en un mundo como el nuestro, constituye sin duda un nada despreciable granito de arena.