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Elmo, perfecto en su "imperfección"... |
Cuando alguien se plantea adoptar un gato, suele pensar en un minino ideal, pero la cruda realidad pronto nos demuestra que muchos de los que buscan hogar no son lo que definiríamos a priori como animales perfectos. Así, entre los gatos que esperan a lo largo y ancho de nuestras protectoras hay muchos que por circunstancias de la vida (accidentes, malformaciones congénitas, enfermedades,...) presentan defectos o minusvalías físicas más o menos evidentes que les hacen entrar a formar parte del grupo menos adoptable de los animales con necesidades especiales, dentro del cual los problemas de audición, las discapacidades motoras (cojeras, amputación de miembros, falta de coordinación,...) y las limitaciones visuales (cegueras, atrofia y/o lesiones de los ojos,...) se llevan la palma. Con la intención de romper una lanza a favor de todos estos animales que merecen tanto como cualquier otro su oportunidad, nosotros hoy vamos a centrarnos en los problemas oculares porque a pesar de ser llamativos y muy frecuentes no resultan apenas limitantes para el gato, cuya calidad de vida en un entorno controlado puede ser muy buena. Y conste que os hablamos con conocimiento de causa, ya que en casa convivimos con Elmo, tuerto desde pequeño y con opacidades en el ojo que conserva. Y una cosa podemos dejar sentada desde ya: nuestro pirata está tan adaptado a su situación que hablar de necesidades especiales, al menos en su caso, está de más.