8 de septiembre de 2012

Muestras de orina con film de cocina

Uno de los puntos débiles para muchos felinos domésticos es su delicado aparato urinario. Y es que un considerable número de gatos habrán padecido o padecerán a lo largo de sus vidas lo que los veterinarios y muchos propietarios, por desgracia, conocen como FLUTD (Enfermedad del Tracto Urinario Inferior Felino, también etiquetada hace algunos años como FUS o Síndrome Urológico Felino) Bajo estas denominaciones se agrupan no una sino varias enfermedades, siendo uno de los diagnósticos más frecuentes entre los gatos aquejados por estas dolencias la presencia de cristales en la orina. Entre las causas más comunes encontramos la predisposición genética, la composición de la dieta, la escasa ingesta de agua, la obesidad o el estrés y los síntomas os los podéis imaginar: aumento de visitas al arenero con escaso o nulo resultado, esfuerzo excesivo a la hora de orinar, presencia de sangre en la orina, incontinencia o micciones en lugares inadecuados.

Ante cuadros como este, la visita al veterinario se hará necesaria, siendo importante diagnosticar y tratar al animal afectado antes de que se agrave la situación y/o se genere una obstrucción total del tracto urinario, lo cual puede llegar a ser fatal. En muchos casos (cuando el estado del paciente no exija una intervención de urgencia o una muestra de orina estéril) es muy probable que desde la clínica nos envíen a casa con la misión de recoger una pequeña cantidad de pipí para poder analizarla, siendo a partir de aquí primordial la combinación del carácter del gato y la pericia del dueño para optar por un sistema de toma u otro.

Hay gatos, no demasiados, que permiten la manipulación durante sus visitas al arenero (simplemente hay que deslizar un recipiente limpio bajo el gato, ubicándolo estratégicamente mientras orina), pero la mayoría no acepta interferencias en sus rutinas urinarias (se asustan o se incomodan con gente presente y dejan de orinar...) Así, la dificultad habitual en la recogida de muestras ha propiciado que en el mercado existan productos pensados para ello (arenas que no empapan, que cambian de color según el problema urinario, etc...), pero nosotros queremos hablaros de un método sencillo y casero a caballo entre la toma directa y el respeto por la intimidad del gato al que llamaremos "El sistema del film de cocina". Necesitaremos un arenero limpio (preferiblemente con borde antisalpicaduras de los que se pueden quitar), arena, film de cocina y una jeringuilla. Si nuestra bandeja no cuenta con borde independiente, necesitaremos también cinta adhesiva. La preparación de la bandeja es sencilla y consta de los siguinetes pasos:
  1. El arenero, limpio, se llena con un dedito de arena normal, de la que habitualmente usamos en casa.
  2. Cortaremos un trozo de film de cocina lo suficientemente grande para cubrir holgadamente el fondo de nuestra bandeja y sus laterales, siendo importante que sobre un pedazo por cada extremo para poder sujetar el plástico. El film no debe quedar tenso sino que debe adaptarse perfectamente a la forma del arenero, siendo preferible usar una sóla pieza.
  3. Gracias al film sobrante, procederemos a pillar el plástico con el borde antisalpicaduras.
  4. Si no contamos con borde antisalpicaduras, utilizaremos la cinta adhesiva para pegar el film a los laterales de la bandeja.
  5. Cuando el gato acuda a orinar sólo tendrá disponible la bandeja con film, en la que muy posiblemente y a pesar de las novedades terminará por orinar.
  6. Revisaremos nuestro arenero-trampa lo antes posible (es conveniente estar atentos a las idas y venidas de nuestro gato) Lo habitual es que si no todo al menos algo de pis haya quedado en el plástico, faltando simplemente cargar una pequeña cantidad en una jeringuilla.
Detalles importantes a la hora de hablar de muestras de orina son, por ejemplo, que en veterinaria con poca cantidad sobra (1 ml suele ser más que suficiente), que la orina siempre debe conservarse a temperatura ambiente (nunca almacenar en la nevera) y que debe ser analizada antes de 8 horas de haber sido orinada pues un almacenamiento inadecuado o un retraso en el análisis podría generar un diagnóstico erróneo.

Dicho esto, ahora os toca hablar a vosotros. ¿Vuestros gatos han padecido alguna vez FLUTD? ¿Habéis tenido que tomar alguna muestra de orina? ¿Lo habéis conseguido con facilidad? ¿Conocíais el sistema del film? ¡No dejéis de compartir con nosotros vuestras mejores jugadas!

2 comentarios:

  1. ¿Que cuántas veces he tenido que recoger orina de Apolo? Pues algo así como 200 millones de veces... o al menos esa es la sensación que tengo!!
    A mí me dieron una arena especial que no absorbe, unas bolitas blancas que se le pegan en las patas y él reparte por toda la casa. No le gusta mucho, pero al final termina haciendo pis porque lo encierro en una habitación con el arenero y agua, mientras que yo le digo desde el otro lado de la puerta "venga, Apolo, haz un pipí".
    De momento sólo he necesitado paciencia, pero por si alguna vez me hace falta me guardo este método, ¡¡nunca se sabe!!

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    1. Hola, Gema.

      Lo cierto es que cuando los gatos empiezan con problemas urinarios nos volvemos expertos en esto de recoger una muestra. Los míos están tan acostumbrados que la mayoría de las veces usamos el método de toma directa, pero lo del film es un truquillo que alguna que otra vez nos ha sacado de un apuro...

      ¡Gracias por pasarte y hasta otro ratito!

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