A estas alturas de diciembre creo que a nadie se le escapa que la Navidad está a la vuelta de la esquina. Y es que la invasión de adornos, luces y colores que redunda por doquier no deja lugar a dudas. Ni siquiera las tiendas para animales logran escapar al influjo alegre a la par que comercial propio de estos días, habiéndose generalizado en los últimos años la oferta de productos para mascotas en ediciones especiales con motivo de estas fiestas. Comida, juguetes o disfraces forman parte de un variopinto escaparate que pretende captar a un consumidor incapaz de resistirse a tener un bonito detalle con su gato. Y la verdad sea dicha, ¿por qué no?