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Rumbo demostrando para qué sirve una caja... |
Si os digo que las compras por suscripción son un modelo comercial en auge no os estaré descubriendo nada nuevo, que desde hace algunos años multititud de empresas se han subido a este carro con la intención de vendernos experiencias originales, chispeantes y divertidas a módicos precios y sin necesidad de que nos esforcemos más de la cuenta. ¿Cómo? Fácil: a través de una suscripción y del pago de una cuota recibiremos cada mes un número variable de productos para descubrir y disfrutar en casa. Y habiendo cajas de todo tipo (cosméticos, alimentación, puericultura, ropa...) ¿acaso el sector de las mascotas iba a mantenerse al margen? Está claro que no, aunque hablando de gatos debamos hacer un alto en nuestro análisis ya que estamos ante una de las flagrantes excepciones que quizá vengan a confirmar el éxito de ventas en otras áreas aunque con los felinos la sensación sea de auténtico fiasco. En líneas generales, mientras las cajas para perros han supuesto un boom entre los consumidores, las orientadas a gatos han ido cayendo en picado hasta desaparecer del mapa. ¿Por qué esta diferencia? ¿Acaso a los gatos no les gusta esta manera de consumir? Pues si nos detenemos un momento y lo pensamos, en realidad incluso tiene lógica que haya sido así. ¿Lo vemos?