Compras por suscripción: ¿un fiasco para gatos?

Rumbo demostrando para qué sirve una caja...

Si os digo que las compras por suscripción son un modelo comercial en auge no os estaré descubriendo nada nuevo, que desde hace algunos años multititud de empresas se han subido a este carro con la intención de vendernos experiencias originales, chispeantes y divertidas a módicos precios y sin necesidad de que nos esforcemos más de la cuenta. ¿Cómo? Fácil: a través de una suscripción y del pago de una cuota recibiremos cada mes un número variable de productos para descubrir y disfrutar en casa. Y habiendo cajas de todo tipo (cosméticos, alimentación, puericultura, ropa...) ¿acaso el sector de las mascotas iba a mantenerse al margen? Está claro que no, aunque hablando de gatos debamos hacer un alto en nuestro análisis ya que estamos ante una de las flagrantes excepciones que quizá vengan a confirmar el éxito de ventas en otras áreas aunque con los felinos la sensación sea de auténtico fiasco. En líneas generales, mientras las cajas para perros han supuesto un boom entre los consumidores, las orientadas a gatos han ido cayendo en picado hasta desaparecer del mapa. ¿Por qué esta diferencia? ¿Acaso a los gatos no les gusta esta manera de consumir? Pues si nos detenemos un momento y lo pensamos, en realidad incluso tiene lógica que haya sido así. ¿Lo vemos?

Precisamente rumiaba yo sobre este tema el otro día cuando se me ocurrió consultar el asunto con Eugenia del blog de Romeo y Gara, un rincón muy recomendable en el que dedican análisis pormenorizados a las cajas Mascoticlub y Patasbox para perro cada mes y su respuesta fue clarificadora al tiempo que coincidente con la mía. Lo 1º, ya no hay caja por suscripción mensual para gatos. Lo 2º, serían tres puntos los que justificarían el fracaso general de este modelo entre los propietarios de felinos:

1. Los gatos son sibaritas. Un perro se lo come todo (o casi), un gato no. Y así, cuando llegue una lata de comida o un paquete de chuches nuevas en tu flamante caja mensual tu gato puede decirte muy a las claras que si quieres te las comas tú. ¿Volverías a comprar?

2. La oferta de  de ocio para gato es mucho menor que la orientada a perros. Y si a eso le sumamos que los juguetes para gato suelen ser siempre lo mismo (pelota de esponja, ratita de cuerda, plumero rosa, pelota de goma, ratita de lentejuelas, plumero azul...) las cajas indudablemente se vuelven aburridas y pierden interés. ¿Repetirías a la tercera ratita?

3. La calidad de los productos. Porque si estás acostumbrado a proporcionarle un nivel de productos a tus gatos y en la caja empiezan a llegarte productos de gama inferior, la cosa chirría. Y es obvio que a las empresas llenar las cajas con productos prémium no les sale a cuenta pero que a ti te llenen la despensa con productos de gama baja tampoco.

¿Conclusión? Las suscripciones para gato hacían agua desde el principio y sólo ha sido cuestión de tiempo que el producto terminara por desaparecer.

Además de en la experiencia de Romeo y Gara, nuestra opinión está basada en que durante medio año más o menos fuimos prescriptores en La Gatera de Rumbo de las cajitas felinas de PetSecret (marca fusionada recientemente con Mascoticlub) Y así, a cambio de mandarnos las cajas nosotros debíamos opinar y les dedicamos raps, villancicos y fotos graciosas aunque como jamás estuvimos dispuestos a mentir llegó un momento en el que nos quedamos sin palabras (repetición de productos, baja calidad de los mismos...) Es ahí cuando descubrimos que este modelo de ventas no era para gatos (al menos para nosotros) y que los productos nunca nos iban a terminar de satisfacer. Aunque no voy a negaros que lo que se echa de menos es disfrutar de una caja flamante, nuevecita y de tamaño perfecto (como demuestra Rumbo en la foto) una vez al mes.

¿Una malicia? Ya os hemos comentado que PetSecret y Mascoticlub se han fusionado hace poco pero sin dar continuidad a la caja para gatos así que sería ideal que Mascoticlub dejara de ofrecernos por mail un descuento para suscribirnos, que no hay producto para gatunos y aquí, si no maúlla... Ejem, ejem...