19 de diciembre de 2013

¡Peligro! Plantas navideñas tóxicas.

Poinsetia o Flor de Pascua
Llega la Navidad, con sus sentimientos, sus sabores, sus olores, su música y sus adornos. Un tiempo mágico para disfrutar en familia. Pero aquellos que compartimos la vida con gatos debemos ser conscientes de que estas fiestas no significan lo mismo para nuestros felinos. Para ellos estos días conllevan novedades estresantes y mil y una tentaciones que pueden suponernos algún que otro susto y/o urgencia veterinaria. ¿Lo mejor? Minimizar en la medida de lo posible la exposición de nuestros gatos a los peligros navideños. El caso es que quizá no lo sepáis, pero entre los elementos decorativos más peligrosos que invaden nuestras casas durante estos días, destacan la flor de Pascua, el acebo y el muérdago, plantas naturales muy de moda pero con efectos tóxicos para nuestros gatos de las que lo más sensato es prescindir. ¿Queréis saber más?

Flor de Pascua o poinsetia (Euphorbia Pulcherrima): Planta de vistosas hojas normalmente rojas aunque con variedades rosas y blancas que es tóxica para los animales, destacando el efecto del látex que contiene en su interior. Por contacto puede provocar dermatitis, irritaciones, ampollas y picor, destacando el peligro que supone si entra en los ojos. Si se ingiere, los efectos serán trastornos gastrointestinales como vómitos, diarreas y salivación excesiva.

Acebo (Ilex Aquifolium):  Arbusto perenne de exterior típico como adorno navideño. Tanto las hojas como los frutos y semillas son tóxicos, destacando estos últimos por su toxicidad extrema. Los síntomas se manifiestan tras la ingesta de dosis muy pequeñas. Dos frutos, esas bolitas rojas tan brillantes que luce la planta, serían suficientes para que se dieran diarreas, vómitos, somnolencia y malestar general. Pero una dosis superior podría provocar shock y muerte de la víctima. Tengamos en cuenta que el acebo contiene sustancias que afectan directamente al corazón.

Muérdago (Viscum album): Arbusto perenne y semiparasitario de frutos blancos y brillantes que resultan relativamente tóxicos, aunque basta ingerir una pequeña dosis para que los síntomas se manifiesten. Estos serían vómitos, diarreas, dolor abdominal, dilatación de pupilas, salivación abundante y sed excesiva. Los signos más preocupantes son dificultad respiratoria, taquicardia, falta de coordinación, convulsiones y, en casos de sobredosis, muerte por parada cardiaca.

Bibliografía: VILA COMA, A., El nuevo libros de las plantas tóxicas 
para perros y gatos, 2002. pp. 55-57;155-157; 225-227.

¿Ampliamos la información?: Si queréis saber más sobre estos y otros peligros de la Navidad para los gatos de la casa, os recomendamos la consulta de los siguientes artículos:
¿Un consejo?: A pesar de todo lo dicho, que nuestros gatos sobrevivan indemnes a la Navidad es posible. Simplemente debemos prescindir de los adornos menos seguros (bolas de cristal, luces enchufadas a la corriente, nieve en espray,...) o, al menos, intentar colocarlos fuera de su alcance, siendo importante además tratar de mantener sus rutinas, horarios y dieta dentro de la normalidad. Como veis, unas medidas sensatas y de lo más sencillas para conseguir que esta sea para todos una muy feliz Navidad.

4 comentarios:

  1. Excelente la entrada para recordarnos a los que tenemos animalitos los peligros de estos populares adornos navideños,desde siempre no hemos puesto ninguna de estas plantas en previsión de sobresaltos con Merlina muy propensa a morder cualquier planta a la vista.Feliz Navidad para vosotros.

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    1. Feliz Navidad (con retraso) y feliz año nuevo, Fidel.

      Ronroneos calurosos y gracias por pasarte ;)

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  2. Yo ya no pongo la planta de navidad, y eso que antes todos los años traía una! Pero desde que hay gatos, nada de nada. Por suerte para ellos y para mí, en casa no organizamos cenas ni comidas, soy yo la que se desplaza a casa de los demás, así que el único incordio de estas fiestas es algún que otro petardo que suena a lo lejos...

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    1. Eso es lo mejor, Gema: que en nuestras casas se imponga la cordura y que los sobresaltos inevitables a los que se expongan nuestros gatos sean los menos. ¡Que luego llega el estrés y sus consecuencias!

      ¡Ronroneos y feliz año!

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