Pienso Amì Cat. Foto de la web de la marca Amì. |
Que el mundo no es propiedad de una generación es algo fácil de comprender y por eso es importante cuidarlo para legarlo en condiciones a nuestros hijos. Y aunque no es un proceso rápido, más allá del boom del consumo descontrolado, las mentalidades y los hábitos están cambiando. Así, poco a poco están ganando terreno a nivel de mercado productos más éticos (de comercio justo, de producción ecológica, sin crueldad...) con los que tratamos de ganar en salud física y/o mental al tiempo que aportamos nuestro granito de arena para cuidar el planeta. Estas corrientes alcanzaron hace tiempo el sector de los productos para gatos: comederos y areneros hechos de bambú biodegradable en vez de incombustible y contaminante plástico, arenas higiénicas a base de fibras vegetales 100% ecológicas y no dañinas para el medio ambiente, productos textiles confeccionados con tejidos y tintes naturales, alimentación basada en ingredientes ecológicos... Productos que, en definitiva, marcan un camino ineludible para todos aquellos que pretendemos adoptar hábitos de consumo responsables. Ahora bien, para mí hay un paso que al menos al hablar de gatos no logro comprender: el del veganismo. Porque siendo estos animales carnívoros estrictos, ¿cómo es posible alimentarles a base de proteínas exclusivamente vegetales y no morir (o mejor dicho matarlos) en el intento?
Un gato no puede ser vegano/vegetariano. Desde hace tiempo y hablando de alimentación el vegetarianismo es para mí una opción cada vez más lógica. ¿Por qué? Por muchos motivos: salud, ética, respeto... Pero también por una evolución interior y natural que me impulsa a modificar muchos de mis hábitos. No es malo. No es difícil. En mi caso sólo me dejo llevar por algo en lo que creo. Y creo que pronto la transición será definitiva. Sin más. Ahora, de mis convicciones personales cada vez más arraigadas a alimentar a mis gatos con pienso vegetariano o vegano hay un trecho. Y muy grande. Creo que insalvable.
Piensos vegetales. Precisamente la semana pasada visité un festival vegano y me estuve informando sobre muchas cosas (limpieza sin tóxicos, alimentación sin crueldad...) Y entre todos los puestos, había un par que ofrecían piensos veganos para perros y gatos. Como siempre que entro en contacto con estos temas, me dio una punzada el estómago. Lo dicho: no creo que un gato pueda ser vegetariano (por mucho que haya gente que exhiba las analíticas perfectas de su gato alimentado a base de estos piensos a modo de prueba) Os dejo la lista de ingredientes de uno de ellos, en concreto Amì Cat para gatos adultos para que juzguéis por vosotros mismos:
¿Cambios en la alimentación felina? Parece demostrado que un alto porcentaje de las enfermedades que padecen los gatos domésticos del hoy se deben a la composición de los piensos comerciales tradicionales que combinan proteína animal y cereal ya que, aunque llevan carne (normalmente entre un 30 y un 45%), tienen el maíz o el arroz como ingredientes principales y ya se sabe eso de que la enfermedad muchas veces entra por la boca, sobre todo para un organismo que no está preparado... (¿He dicho ya lo de que los gatos son carnívoros estrictos?) Así, si hay que hacer un viraje en el tema de la alimentación felina deberá ser siempre hacia la carne o el pescado y no hacia el mundo vegetal. Por su salud, deberemos optar por piensos libres de cereal y con fuentes de proteína animal de mayor calidad pero yo creo que nunca vegetarianos: eso es algo que va contra la propia naturaleza del felino, una decisión arriesgada que demuestra una vez más que no entendemos las necesidades y características de un gato.
Muchos especialistas defienden que la salud del felino alimentado con piensos vegetales corre peligro. Otros, los menos, dicen que no y que esta creencia es un paralelismo a los prejuicios que la sociedad esgrime en general contra las personas que no comen carne. Sea como sea, un gato al que se le ofrezca carne, comerá y estará correctamente alimentado. Ahora, si se le ofrece una hoja de lechuga monda y lironda no como capricho, no como complemento sino como base exclusiva de su dieta, ¿qué pasará?
Más info. Os dejo el enlace a un artículo de Carolina Pinedo titulado Por qué mi gato no puede ser vegetariano publicado en la plataforma Eroski Consumer en agosto de 2013. A ver qué os parece.
Curiosidad gatuna. Y vosotros, queridos lectores, ¿qué pensáis? Que aquí estamos abiertos a todas las opciones posibles. ¿Alguien alimenta a su gato con este tipo de piensos? ¿Alguien se lo ha planteado? Pues contadnos.
Composición: Gluten de maíz, maíz, aceite de maíz, proteína de arroz, guisantes enteros, fibra de guisante, levadura de cerveza, fosfato bicálcico, semillas de lino, proteína vegetal hidrolizada, proteína de patata, cloruro de sodio, carbonato de calcio, aceite de colza.
¿Cambios en la alimentación felina? Parece demostrado que un alto porcentaje de las enfermedades que padecen los gatos domésticos del hoy se deben a la composición de los piensos comerciales tradicionales que combinan proteína animal y cereal ya que, aunque llevan carne (normalmente entre un 30 y un 45%), tienen el maíz o el arroz como ingredientes principales y ya se sabe eso de que la enfermedad muchas veces entra por la boca, sobre todo para un organismo que no está preparado... (¿He dicho ya lo de que los gatos son carnívoros estrictos?) Así, si hay que hacer un viraje en el tema de la alimentación felina deberá ser siempre hacia la carne o el pescado y no hacia el mundo vegetal. Por su salud, deberemos optar por piensos libres de cereal y con fuentes de proteína animal de mayor calidad pero yo creo que nunca vegetarianos: eso es algo que va contra la propia naturaleza del felino, una decisión arriesgada que demuestra una vez más que no entendemos las necesidades y características de un gato.
Muchos especialistas defienden que la salud del felino alimentado con piensos vegetales corre peligro. Otros, los menos, dicen que no y que esta creencia es un paralelismo a los prejuicios que la sociedad esgrime en general contra las personas que no comen carne. Sea como sea, un gato al que se le ofrezca carne, comerá y estará correctamente alimentado. Ahora, si se le ofrece una hoja de lechuga monda y lironda no como capricho, no como complemento sino como base exclusiva de su dieta, ¿qué pasará?
Más info. Os dejo el enlace a un artículo de Carolina Pinedo titulado Por qué mi gato no puede ser vegetariano publicado en la plataforma Eroski Consumer en agosto de 2013. A ver qué os parece.
Curiosidad gatuna. Y vosotros, queridos lectores, ¿qué pensáis? Que aquí estamos abiertos a todas las opciones posibles. ¿Alguien alimenta a su gato con este tipo de piensos? ¿Alguien se lo ha planteado? Pues contadnos.
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